DETECTORES: ¿Cómo elegir bien?

¿Por qué las luces de una oficina se apagan mientras alguien trabaja? Ese apagón incómodo en mitad de una reunión o mientras alguien está concentrado frente al ordenador suele tener una causa común: se instaló un detector de movimiento cuando lo que se necesitaba era un detector de presencia. Parece un detalle menor, pero puede marcar la diferencia entre un sistema que funciona bien y uno que genera molestias constantes.

9/5/20251 min leer

Los errores más comunes
  1. Elegir por precio
    El detector de movimiento es más barato (30 % – 50 % menos), pero en espacios de trabajo se convierte en un gasto oculto.

  2. No analizar el uso real del espacio
    Un pasillo no se usa igual que una oficina. Instalar el mismo sensor en ambos casos es receta segura para fallos.

  3. Ubicación incorrecta
    Colocar el sensor en zonas de sombra, detrás de columnas o demasiado alto reduce su eficacia.

  4. Ajustes mal configurados
    Muchos sistemas permiten regular la sensibilidad y el tiempo de encendido, pero suelen dejarse en valores estándar sin adaptarlos al espacio.

Consejos prácticos para acertar
  • Piensa en la actividad:

    • Pasillos y zonas de paso → detectores de movimiento.

    • Oficinas, aulas, salas de reuniones → detectores de presencia.

  • Configura bien los tiempos: evita apagones demasiado rápidos, pero también que la luz quede encendida horas sin necesidad.

  • Combina tecnologías: en espacios complejos, usar sensores mixtos (infrarrojos + ultrasonidos) ofrece mayor precisión.

  • Revisa la instalación: un buen proyecto lumínico no termina al colgar luminarias, sino en cómo se controlan.

Caso práctico: oficina vs pasillo
  • Oficina con detector de movimiento: trabajador en su mesa, apenas se mueve → luz se apaga → molestia asegurada.

  • Oficina con detector de presencia: incluso al teclear o mover una mano, el sensor reconoce actividad → la luz permanece estable.

  • Pasillo con detector de movimiento: alguien cruza, se enciende la luz, luego se apaga tras unos segundos → perfecto.

Conclusión

Un sensor inadecuado es un pequeño detalle que puede provocar pérdida de confort, derroche energético y frustración en el día a día.

La clave está en algo muy simple:
No elegir por precio, sino por uso real del espacio.

La iluminación eficiente no depende solo de las luminarias, sino también de los sistemas que las gestionan.